Alfarería Severino Boix

Regio nos saludó con la cabeza desde el alfa sin desprender sus manos arcillosas de la vasija que modelaba, qué manos tenía el alfarero, acariciaba aquella masa informe que giraba como gira el polvo en un torbellino de viento, y de sus caricias iban surgiendo multitud de formas en un movimiento mágico, bocas angostas, cóncavas panzas, largos cuellos de cisne, asas como brazos de doncella dispuestos en la cintura, y de aquel barro rojizo brotaban las vasijas y las ánforas y las tazas y los búcaros y las jarras y hasta las hidrias y las tinajas, y al compás de sus pies, que movían las ruedas y los ejes y el plato giratorio, iba surgiendo en el barro la forma ya creada en la memoria, y la creación se producía, y el alfarero Rigio se asemejaba entonces al dios que del barro había creado a sus criaturas con sólo haberlas pensado.
A la sombra de los abedules (Fulgencio Argüelles)














El actual maestro artesano, José Ángel Boix, quinta generación de una familia de alfareros, continua creando piezas que satisfacen los gustos y necesidades actuales respetando la más pura tradición.

La mayor parte de las piezas se fabrican con arcilla blanca porosa de Agost. Todo el proceso, desde la preparación de la arcilla, pasando por la manipulación en el torno del barro por el alfarero, hasta el almacenamiento de las piezas, se realiza de manera artesanal en el taller.

El botijo forma parte de la historia y de la cultura mediterránea. Hecho de arcilla cocida pero con una mezcla que conserva la porosidad, el botijo actúa como la piel humana que deja salir el sudor para refrescarnos. el agua fresca del botijo tiene la temperatura perfecta para nuestra salud.

Esta alfarería se encuentra en el pueblo de Agost (Alicante)


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