EL VASO Y EL PLATO

Un alumno de 4º grado de la escuela elemental escribió un poema titulado "El patio de recreo":



"Cuando jugamos en el patio de la escuela,
decimos: "Qué pequeño es, qué pequeño es",
cuando hacemos montones de piedras
en el encuentro matinal,
decimos: "Qué grandes son, qué grandes son".

Este niño se percató y fue capaz de comunicar vívidamente los sentimientos de los seres humanos ordinarios. Cuando estamos completamente absortos disfrutando de las cosas que nos gusta hacer, diez horas nos pueden parecer unos poco minutos. pero cuando tenemos que hacer algo que nos gusta, una hora puede parecernos un día entero. El poema describe cuán engañosa es la norma con la que los seres ordinarios miden lo piensan y ven.
Sundo Aoyama












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