VAJILLA PARA UNA PRINCESA ITALIANA












Esmalte transparente, dolomita y celadón con pinceladas de óxido de hierro
Reducción 1250ºC


Todas las cosas son imperfectas. Nada de lo que existe está libre de imperfecciones. Cuando miramos realmente de cerca las cosas vemos sus defectos. El afilado filo de una cuchilla, cuando se amplía, revela agujeros microscópicos, astillas y desconchados. Cada artesano conoce los límites de la perfección: las imperfecciones saltan a la vista. Y cuando las cosas empiezan a estropearse y se acercan a su estado primordial, se vuelven incluso menos perfectas, más irregulares.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una vajilla preciosa...para compartir muchos momentos felices alrededor de la mesa. Ahora solo hace falta aprender a cocinar de verdad!

Encarna Soler dijo...

Gracias por el comentarios!!! espero que aprendas a cocinas, porque la verdad es que cocinar es un placer.