Eliza se apresuró a sentarse frente a la pequeña mesa. Sus ojos se desorbitaron cuando vio el contenido de la bandeja: panecillos calientes, untados con manteca derretida, tarrinas blancas llenas hasta el borde con más mermeladas de las que hubiera visto nunca, un par de arenques, una montaña de huevos revueltos, y una salchicha gorda y reluciente. Su corazón cantó de placer.
El jardín olvidado (Kate Morton)
Gracias Miriam por utilizar mis cerámicas
Aquí os paso el enlace de su fantástico blog de cocina por si os apetece preparar algunas de sus fabulosas recetas
http://invitadoinvierno.com
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